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Queratosis plantar: Qué es y cómo tratarla

La Queratosis plantar hace referencia a capas de piel engrosada por la fricción del calzado sobre el pie o los dedos.

Para defenderse de la presión y roce continuos, la piel reacciona con la migración de un importante número de células a la superficie. Es común que estas zonas sean más duras y escamosas lo que provoca que sean incómodas.

Esto se traduce en la formación de una zona hiperqueratósica, lo que se traduce en su engrosamiento y potencial roce con otros dedos o con el calzado. Dependiendo de la forma en la que se manifieste, esta afección puede aparecer a distintas edades y puede implicar distintos niveles de riesgo.

Además, su aspecto se puede mejorar siguiendo algunos cuidados y, en algunos casos, incluso se puede evitar su aparición.

LOS PRINCIPALES TIPOS DE QUERATOSIS PLANTAR:

Hiperqueratosis

Es una hipertrofia o hiperplasia de la capa córnea, que se da principalmente en las cabezas metatarsales. Tiene aspecto de color beige o amarronado. La causa es una presión difusa o fricción intermitente por desplazamiento entre dos planos duros que crea la dureza.

Heloma

Es una queratopatía que presenta núcleo, que se produce por una presión constante sobre un punto óseo. Se provoca una isquemia de la capa basal de la epidermis y como consecuencia una queratinización temprana de los queratinocitos. Tiene aspecto de cono invertido o clavo, es el callo con núcleo u ojo de gallo.

Tiloma

Se trata de un aumento de queratina desde la capa escamosa hasta la capa córnea, en la que no hay presencia de núcleo, y viene dado por una presión difusa sobre un saliente óseo. Suele darse en el dorso de los dedos en las zonas articulares. Tiene un aspecto beige, es lo conocido como callo.

Queratosis pilaris

Se trata de una afección en la piel que no resulta perjudicial para la salud y que es más frecuente de lo que podemos imaginar. Suele aparecer en los niños y desaparece alrededor de los 30 años, aunque lo cierto es que se puede manifestar a cualquier edad.

Puedes identificarla por la aparición de puntos o bultos muy pequeños en la piel, especialmente si se encuentran en los brazos, los muslos, las mejillas y los glúteos. Y, aunque no duelen ni pican, es cierto que la zona donde aparecen suele ponerse áspera y secarse, y su aspecto puede empeorar con los cambios de estación.

Queratosis seborreica

Es un tipo de protuberancia que aparece en la piel conforme nos hacemos mayores y, pese a su aspecto, no se trata de una afección cancerosa. Por lo general, se trata de un crecimiento que tiene aspecto ceroso o que tiene una apariencia similar a una verruga, y puede ser de color marrón o negro. 

No es necesario tratarla si es seborreica, puesto que no es dañina para la salud y no es contagiosa, aunque puedes acudir a un médico para su extirpación por motivos estéticos o bien porque pueden llegar a irritarse o a sangrar con el roce de la ropa.

Queratosis actínica

Aparece como un parche o una mancha pequeña en la piel, como consecuencia de la exposición al sol durante muchos años.

El aspecto de este tipo de afección puede tener forma de mancha áspera, seca o escamosa que tiende a provocar picor o ardor. En algunos casos también puede estar un poco elevada, como si fuera una verruga, y de colores que pueden variar del rosa al marrón.

Este tipo de afección aparece en personas a partir de los 40 años y se manifiesta especialmente en el rostro, los labios, las manos, las orejas, el cuello, el cuero cabelludo o los antebrazos.

FACTORES PREDISPONENTES PARA SUFRIR ESTA PATOLOGÍA

Uso de calzado estrecho o mal ajustado.

Actividades que causan fricción o presión repetida en la piel.

Cambios en la morfología o tipo de pie: Hallux valgus, alteraciones en los metatarsos.

Mal reparto de las presiones del pie debido a obesidad, zapatos de tacón o pie plano.

Uso de calcetines con costuras que rocen en los pies.

Envejecimiento y deterioro de la piel.

– Evita exponerte al sol durante largas horas y, si lo haces, evita las franjas en las que los rayos UV son más intensos y perjudiciales para la salud de tu piel.

– Usa protector solar todos los días del año. En la cara, aplica siempre un protector solar para rostro factor 50. En el cuerpo, siempre que te vayas a exponer al sol como por ejemplo cuando vayas a la playa, a la piscina o a practicar deportes al aire libre. Recuerda también volver a aplicar protector al salir del agua, o en su defecto, cada dos horas.

– Utiliza prendas que te cubran del sol como los sombreros cuando la exposición sea muy intensa o prolongada.

– Evita los tratamientos con rayos UV para evitar que la piel trabaje en exceso para protegerse de ellos.

Carmen Moral Autor
Carmen Moral es licenciada en medicina y cirugía por la Universidad de Zaragoza y Bachelor in Podiatry por Westminster University London, y es uno de los podólogos en Zaragoza de mayor prestigio.

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