Con la primavera llega la época de calzado abierto y sandalias. Tras un invierno con calcetines y calzado cerrado, nuestros pies requieren una serie de cuidados. Afecciones como la micosis en la piel o pie de atleta son frecuentes tras el largo invierno.
El contagio es por trasmisión en piscinas, duchas, gimnasios. El pie húmedo, con exceso de sudoración y el calzado cerrado incrementan el riesgo de sufrirlo. Es más frecuente en primavera por el cambio brusco de temperatura y por ser una época en la que aún llevamos el calzado cerrado.
Los síntomas son enrojecimiento de la piel, ardor, escozor, formación de pequeñas ampollas, descamación… suele hacerse visible en el espacio entre los dedos.
Afortunadamente, el pie de atleta responde bien a los tratamientos aunque puede reaparecer, por lo que es importante seguir bien las instrucciones del podólogo acerca del tratamiento y asegurarnos de una completa resolución del problema. Una vez solucionado deberemos tomar medidas de prevención:
- Mantener siempre los pies secos.
- Lavar frecuentemente los pies utilizando un jabón neutro, esto es aún más importante durante los meses de calor.
- Secar bien los pies, especialmente entre los dedos.
- Utilizar calcetines de algodón.
- Llevar calzado amplio y adecuado. La sandalia es una buena opción durante estos meses de primavera y verano.
- Cambiar frecuentemente el calzado y dejarlo airear.
- Prestar especial cuidado en vestuarios y piscinas. Evite caminar descalzo, utiliza siempre chanclas para evitar el contagio.
Consigue unos pies sanos y felices siguiendo estos consejos.